De: Acento.com.do
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La primera dama Margarita Cedeño de Fernández pronunció un discurso político en el que defendió su identificación con el Partido de la Liberación Dominicana, su militancia desde los años ochenta y criticó que por su condición de mujer y esposa del doctor Leonel Fernández no se le permita ser parte de la contienda interna.
Dijo que aspira que el PLD gane las elecciones, pero lamentó que haya habido críticas y quejas de que no habría imparcialidad del doctor Fernández siendo su esposo.
Margarita Cedeño valoró la transparencia y la democracia del Comité Político y del Comité Central del PLD de aceptarla como precandidata, pero lamentó las presiones que han impedido su postulación, para no afectar a otros compañeros que tienen mucho tiempo buscando una candidatura presidencial.
A continuación la transcripción libre de Acento del discurso de la primera dama:
“He sido presentada justamente por una mujer de trayectoria ejemplar, como es la profesora de siempre Ligia Amada Melo, viejo roble del partido y de la política dominicana. Pero sobre todo, una mujer visionaria que cree en la juventud, que es una abanderada del sector más importante de este país, el de la educación. Una vez más nuestro partido ha hecho galas de organización y disciplina.
Por otra, quisiera compartir con ustedes y con mi partido algunas reflexiones. Mi candidatura es fruto del reconocimiento espontaneo de un trabajo desarrollado con amor, con entusiasmo y tesón a favor de las familias dominicanas, y sobre todo de aquellas menos favorecidas, quienes han encontrado en mi trabajo un álito de esperanza y confianza en un mejor porvenir.
El pueblo dominicano reclama que sus dirigentes realmente los representen, que gobiernen por y para ellos, que vayan al poder a servir, no a servirse. Y eso es lo que hemos demostrado desde mi despacho. Humildemente creo que hemos sembrado la esperanza y la dignidad, de que otra política es posible.
He trabajado en sintonía con el pueblo, uniendo al sector empresarial, iglesias, ONGs y medios de comunicación en una verdadera jornada contra la miseria física y espiritual. Como primera dama entendí que mi papel tenía que ir más allá de asistir a actividades sociales y acompañar a mi esposo cuando se requiriese mi presencia, que no podía estar ajena a las necesidades del pueblo, que no podía ser indiferente frente a las adversidades que sufren día tras día los sectores vulnerables de la población.
En fin que debía trabajar para garantizar oportunidades de progresos para todos y todas. Siempre he vivido y trabajado bajo la plena convicción de que todos podemos trabajar desde el espacio en que estemos. Creo que la persona hace el cargo, no lo contrario.
Como primera dama joven, como esposa de un presidente brillante, inteligente, un político de fuste, un estadista visionario, excelente comunicador y prestigioso líder nacional e internacional, tuve que vencer el gran reto de no lucir a su lado como una carroza o como un elegante adorno y gracias a Dios hemos salido airosos, hemos creado un despacho que trabaja y que resuelve, un despacho que es ejemplo a seguir, aún teniendo que salvar miles de obstáculos que se presentan en el camino.
Gracias a un equipo de hombres y mujeres del servicio desinteresado, que han trabajado incansablemente sin beneficiarse de las mieles del poder, he logrado conquistar un nombre dentro y fuera de mi país y me he ganado el cariño y el respeto de ustedes los dominicanos y las dominicanas.
Siempre he trabajado para construir. He extendido mi mano solidaria y llevado esperanza hasta donde solo había desilusión y desconfianza. He sacado de la delincuencia, del hambre y la pobreza a miles de familias dominicanas. He impartido la semilla de la educación, del conocimiento y las modernas tecnologías en las comunidades más remotas de todo el territorio nacional.
Mi intención es poner de relieve que mi único interés ha sido contribuir a la transformación social del pueblo y los hechos y los resultados están a la vista de todos. Si algo hemos hecho en todos estos años ha sido trabajar con la más absoluta y total transparencia en beneficio delos mas pobres, sim importar militancia política, porque siempre he sostenido que soy la primera dama de todos los dominicanas y las dominicanas.
Los que han estado mínimamente cerca en estos 7 años saben muy bien, que si bien mi esposo y yo somos una pareja que nos amamos, que creemos en la familia, y que compartimos una misma visión y un mismo porvenir y que ñel ha contado con mi apoyo y mi sacrificio siempre, no menos cierto es que cada quien ha sabido crear su propio espacio con sus propias capacidades y sus propios logros.
La consideración que hoy recibo del pueblo dominicano se debe a mi trabajo, junto a un equipo por el progreso. Un verdadero ejército de ángeles del que Dios me ha rodeado. Nunca he usado la figura del presidente Fernandez ni para llenar estadios ni para crear ni abrir centros de capacitación ni mucho menos para enrolar una familia en extrema pobreza al programa Progresando, porque el 75% de ellos ni siquiera cuenta con la Tarjeta Solidaridad, a lo tienen pleno derecho.
Me he ganado la gente con trabajo, con amor, con sincera preocupación y ocupación por ellos, sin discriminar. Siendo justa, solidaria y responsable, porque esos fueron los valores que me enseñaron mis padres desde muy pequeña.
Con mi trabajo he querido colaborar con la gestión de mi esposo, acompañarlo, apoyarlo, sumarle, y contribuir a mejorar este país que tanto nos necesita a todos y a todas. Mi único interés siempre ha sido contribuir a la construcción de una sociedad en valores y de un mejor país. Creo en mi gente, creo en los dominicanos, que somos el pueblo más hermoso, sabio y trabajador.
Nací en un hogar en el que siempre se ha reverenciado la figura del profesor Juan Bosch. Crecí en ese ambiente en que sus ideas se convertían con frecuencia en objeto de conversación familiar. Como consecuencia, desde que tengo memoria, siempre fui una apasionada seguidora de las palabras del que fue fundador y guía de nuestra organización.
Durante mis años de estudios universitarios tuve la fortuna de contar entre mis profesores a destacados dirigentes del PLD, entre ellos al propio presidente Leonel Fernández, quien fue mi maestro y quien sin duda contribuyó a consolidar aún más mis convicciones peledeístas, por la sólida formación profesional y ética con que contaban todos mis profesores.
Mi primer voto en 1990 fue por el PLD y desde 1994 he estado involucrada en todas las campañas electorales y en todos los procesos del partido, junto a sus hoy altos dirigentes. Lo he hecho con modestia, sin protagonismo, pero con absoluta lealtad y firmeza.
Desde 1996 he estado en contacto permanente y activo con las bases y con la dirigencia del partido, y los compañeros y compañeras lo saben muy bien. Creo en la necesidad de la participación activa de la mujer en la política, pero considero que esa participación tiene que producirse en igualdad de condiciones que el hombre, no en calidad de subalterna o de figura decorativa.
Mi precandidatura es de todos y todas y representa la voluntad del pueblo, porque este país está listo desde hace muchos años para tener una mujer como presidenta. La discriminación debe ser cosa del pasado. Los puestos no se ganan por ser esposa, por ser mujer o por ser primera dama. Al fin y al cabo los resultados dependen de las capacidades de cada quien.
Las mujeres hemos demostrado que podemos ser eficientes, responsables, honestas, armonizadoras, que tendemos a unir, nunca a separar. Cuando estamos a cargo somos previsoras, planificamos, tomamos decisiones a corto plazo para resolver problemas de largo plazo, con sensibilidad y sentido humano. Eso sí, porque en definitiva es lo que se necesita en estos tiempos de barbarie, incertidumbre e individualismo.
Tal vez por ese estilo de liderazgo que tenemos las mujeres, en todas las mediciones que se han hecho en los últimos años mi nombre siempre ha aparecido al lado, y a veces por encima, de grandes y respetables figuras del país, incluyendo los pseudo generales de la política. Aún sin que los encuestadores mencionen mi nombre la gente menciona mi nombre, me pone en el ojo del huracán, y en muy buena posición, casi envidiable, diría yo.
Hemos visto en los últimos meses como la gente externa sus simpatías en afiches, vallas, canciones. Sin procurarlo y sin motivarla, la gente me apoya y me promueve. Todo esto ha ocurrido de manera espontánea. Lo agradezco y lo llevaré sinceramente dentro de mi alma por siempre.
Querido ciudadanos y ciudadanas. Hay que comprender que como resultado de esto se van creando vínculos afectivos y emocionales con las personas que van depositando su fe y su confianza en lo que nosotros podemos representar. Pero sobre todo, no debemos olvidar ni mucho menos pasar por alto que esas personas significan un caudal de voto para nuestro partido y que también tienen todo el derecho a exigir a mi partido neutralidad con mi precandidatura.
A través de los años se ha podido apreciar el rol cada vez más importante que las mujeres han venido desarrollando en la escena política. Han sido jefas de estado y de gobierno, como Golda Meir, Indira Gandhi, Violeta Chamorro, Laura Chinchilla, Mireya Moscoso, Michele Bachelet o Cristina Fernández. La participación de la mujer en la política es un fenómeno cada vez más extensivo en las democracias del mundo y RD no debe ser una excepción.
El presidente Leonel Fernández anunció el viernes 8 de abril su declinación a una nueva repostulación presidencial y garantizó ejercer un rol de imparcialidad en el proceso electoral interno de nuestro partido.
Debo indicar que nada obliga al presidente Fernández a ser imparcial en el proceso interno del PLD, si lo asume es por su visión de liderazgo que le conduce a considerar que esa actitud es la más conveniente a los fines de mantener cohesionadas las filas de PLD.
Pero en todo caso, no escapa a mi conocimiento que hay algunos sectores que interpretan que con mi escogencia como precandidata presidencial el presidente Fernández lo que está haciendo es una maniobra política para tratar de obtener a través de mi lo que en estos momentos –según esos sectores- no puede conquistar por si mismo: la continuidad en el poder.
Asimismo, siendo yo la esposa del presidente de mi partido y de mi país, algunos dirigentes importantes del PLD entienden que lo más saludable para el partido es renunciar a mi precandidatura para garantizar la neutralidad de los próximos comicios y no perjudicar a otros compañeros.
En otras palabras, que como un posible proyecto de reelección, yo era la fórmula interna que él tenía para seguir en el poder y que si yo entro al ruedo político puedo perjudicar a otros compañeros que ya tienen mucho tiempo corriendo. Nada más alejado de la verdad. Según Ortega y Gasset, nadie sabe lo que pasa pero nos enteramos de lo que está ocurriendo.
Tengan la plena seguridad de que mi esposo Leonel Fernández no sería capaz de una acción semejante, pero mucho menos jamás yo podría aceptarla, porque sería indigno y contrario a mis valores y mis principios, los cuales transmito a mis hijos, por los que trabajo y en quienes creo y en quienes me apoyo.
Creo, sinceramente, que como ciudadana, como mujer y como peledeísta me asiste el derecho por mis propias condiciones de participar como precandidata a la nominación presidencial del nuestro PLD.
Mi relación matrimonial ni la de nadie en este país debe significar un impedimento o una limitante para postularse a un cargo. Yo he demostrado que he trabajado y he logrado el afecto y la simpatía de la gente por ese trabajo y por cuyos frutos me conocen. No salido a hablar sino a trabajar. Por eso, tal vez en algo si tengan razón, que soy una alternativa de poder, pero para el partido mismo y también de cambio, de frescura, de renovación y de esperanza para todo el país y para el pueblo dominicano.
Yo no vine al partido a dividir, vine a trabajar para sumar, para construir, para trabajar, para crear, para unir y para crear sinergias para sacar este país del atraso y lograr que la gente tenga mejores condiciones y más calidad de vida.
No creo que la presidencia de la República sea mi fin último en esta tierra, y no creo que tampoco haya predeterminados para asumir esa posición. Se es presidente no por imposición y mucho menos por exclusión, sino por aclamación y votación popular. Nunca he aspirado a ese cargo, a mi me aspira una parte del pueblo dominicano. Y como decía nuestro guía, mentor y líder don Juan Bosch, la mayor aspiración que un político debe tener es a que lo aspiren.
Mi interés supremo es que el partido se mantenga unido, gane las próximas elecciones y continúe dirigiendo los destinos de nuestro pueblo por senderos de paz y progreso, por el bien de las presentes y próximas generaciones.
Los que activa o pasivamente han impedido que el pueblo hable y decida, no podrán ser amados por él. No hay victoria sin libertad. Se equivocan los que creen que la unidad es más fuerte sin libertad y sin pluralidad. Ni el recelo ni el temor pueden ser garantías de futuro, tampoco la desconfianza.
Promuevo valores éticos y morales porque creo en ellos y los practico. Tengan la plana seguridad que en mi tendrán una ciudadana lista para servir, porque si hay algo tengo claro es que el que no vive para servir no sirve para vivir.
Consciente, lo sabe Dios y los que me conocen, que nada de lo que hago y he hecho en mi vida ha sido por apetencias personales, y que no quisiera ser fuente de división en la organización en la que milito y a la que le he dedicado buena parte de mi vida, y mi esposo también, declino a la precandidatura presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Renuncio sin tristeza y sin rencor, convencida de que esa decisión no es en vano, que el capital de afecto y esperanza de hoy será una semilla del futuro mañana. Aporto al PLD toda la simpatía y el afecto que he recibido y recibo constantemente de mi adorado pueblo. Para que el próximo 2012 se pueda obtener una gran victoria. Seguiré incansable con mi apoyo a la familia, a las mujeres, a los jóvenes y a los más necesitados de la RD.
Seguiré trabajando con responsabilidad, con transparencia y con pasión por la nación. Llegará el día, más pronto que tarde, que cualquier mujer dominicana, sea cual sea su condición estado y clase, si el pueblo, lo quiere pueda sumir los destinos de esta nación.
Amigos y amigas, compañeros y compañeras, pueblo dominicano querido. Siempre estaré de su lado, dispuesta trabajar por y para ustedes. El futuro no está escrito. A los que me han animado y acompañado les extiendo un fuerte abrazo. A los miles de ciudadanos y ciudadanas anónimos que me han apoyado les digo doy un paso atrás hoy para dar dos pasos adelante junto a ustedes.
Que viva la República Dominicana, que viva el Partido de la Liberación Dominicana y que viva mi pueblo dominicano.
Muchas gracias, buenas noches y que Dios les bendiga siempre!