De: Acento.com.do
SANTO DOMINGO, República Dominicana.-Un informe técnico auspiciado por la Agencia Española de Cooperación y Desarrollo Internacional y Educación sin Fronteras valoró el cambio positivo que experimentan las vidas de las mujeres dominicanas que se capacitan en oficios técnicos tradicionalmente ejecutados por hombres, como la ebanistería y la tapicería.Para el estudio, dirigido por las sociólogas Cintia Drullard Rodríguez y Kirssy Santana Vásquez, se tomaron los casos de cuatro mujeres, Cecilia Pascual, Marisol Medina, Yurquelina y Evangelista Jiménez, todas egresadas del Programa de Formación Técnica y Empleo para mujeres “Evangelina Rodríguez.
El programa de entrenamiento técnico fue fundado en 1991 por el Centro de Solidaridad para el Desarrollo de la Mujer y desde entonces ha formado a cientos de mujeres de sectores muy pobres radicados en Santo Domingo Este, Sabana Perdida y algunos pueblos y comunidades marginadas del resto del país.
El programa tiene respaldo del Instituto de Formación Técnico-Profesional (INFOTEP) y el Ministerio de Educación de la República Dominicana.
En las entrevistas a profundidad (metodología seleccionada para confeccionar el estudio) se puso de relieve que, para las cuatro mujeres, el haber estudiado ebanistería y tapicería ha sido un paso fundamental para aumentar su autoestima, valerse por ellas y establecer una nueva relación con la comunidad, su familia y la sociedad.
“Estas cuatros mujeres cuentan con orgullo el giro que ha dado su vida siendo ahora mujeres autovaloradas, preparadas en un oficio técnico no tradicional de calidad, microempresarias económicamente activas, empoderadas, admiradas y respetadas por familiares y amistades”
El proyecto estableció un precedente, debido a que muchas personas pensaban que las mujeres no optarían por hacer cursos considerados marcadamente masculinos, como la electricidad, la mecánica o la ebanistería.
El estudio realizado de las sociólogas Drullard Rodríguez y Santana Vásquez indica que el período anterior a sus estudios, las cuatro mujeres sufrían una baja autoestima, escaso nivel de escolaridad, extrema pobreza económica, explotación laboral y, en algunos casos relaciones familiares conflictivas.
“Estas cuatros mujeres cuentan con orgullo el giro que ha dado su vida siendo ahora mujeres autovaloradas, preparadas en un oficio técnico no tradicional de calidad, microempresarias económicamente activas, empoderadas, admiradas y respetadas por familiares y amistades”, expone una información sobre el estudio.
Agrega que sus testimonios de vida evidencian el impacto socioeconómico del programa y permitió identificar fortalezas, las cuales trascienden y encaminan el alcance de una utopía que rompe con los estereotipos, a favor de la inclusión de las mujeres en los oficios no tradicionales.