Arturo del Tiempo entre nosotrosCierto, talvez no deba ser preocupación española con quiénes anduvo en Santo Domingo el señor Del Tiempo y su familia. Pero para las autoridades y la sociedad dominicanas sí debe ser un asunto a aclarar.
El nombre del ciudadano español Arturo del Tiempo Marqués, en proceso de juicio en su país bajo la acusación de traficar con cocaína desde la República Dominicana y otros países de América Latina, ha salido de nuevo a la luz pública.
Cuando vivió en Santo Domingo, este ciudadano se dio vida de príncipe y era elogiado y recibido en los más exclusivos lugares privados y públicos, incluso el Palacio de la Presidencia de la República y el Palacio de la Policía Nacional.
Fue protegido por la Policía Nacioal, entidad de la que fue “coronel” durante la jefatura de Rafael Guillermo Guzmán Fermín, a pesar de ser extranjero.
Ahora el fiscal del Distrito Nacional, Alejandro Mosoco Segarra, ha declarado que bienes por alrededor de 10 millones de dólares, que el Del Tiempo Marqués poseía en Santo Domingo, serían confiscados a favor del Estado dominicano.
¿Por qué se dejó en libertad al colombiano Germán Eduardo Duque García, que fue apresado como socio de Arturo del Tiempo, y de quién ahora nadie sabe su paradero? ¿Dejándolo salir de país a quién o a quiénes se quiere proteger?
El fiscal Jefe de la Audiencia Nacional del Reino de España, Javier Zaragoza, en una visita al fiscal del Distrito Nacional, este martes 26 de julio, dijo que a su país no le interesa con quién hizo amistad o se codeó en Santo Domingo el señor Arturo del Tiempo Marqués, sino los bienes que amasó y dónde los tiene.
Cierto, talvez no deba ser preocupación española con quiénes anduvo en Santo Domingo el señor Del Tiempo y su familia. Pero para las autoridades y la sociedad dominicanas sí debe ser un asunto a aclarar.
Por ejemplo, todavía no ha sido satisfactoriamente explicado ni aclarado quién o quiénes lograron llevar al narcotraficante Del Tiempo hasta el Palacio Nacional de la Presidencia e incluso a las oficinas del presidente dominicano Leonel Fernández Reyna, con quien se dio el lujo de fotografiarse.
De entrada hay que decir que la culpa en estos casos no recae sobre los gobernantes, que no están obligados a conocer y a depurar personalmente a todo el que le presentan quién sabe con cuáles avales supuestos o reales.
Esa es labor de los organismos de inteligencia y de los colaboradores del jefe del Poder Ejecutivo. En este hecho, claro está, esos organismos y colaboradores no hicieron su trabajo, de lo contrario no se habría expuesto el presidente Fernández a exhibirse con este infame personaje.
Pero hay más: ¿Quién logró que el Banco de Reservas, el banco comercial del Estado dominicano le aprobara el financiamiento a Del Tiempo Marqués para que construyera la Torre Atiemar? ¿Quién hizo las debidas indagaciones de lugar para determinar que se trataba de un empresario real y no de un narcotraficante internacional?
¿Por qué se dejó en libertad al colombiano Germán Eduardo Duque García, que fue apresado como socio de Arturo del Tiempo, y de quién ahora nadie sabe su paradero? ¿Dejándolo salir de país a quién o a quiénes se quiere proteger?
Mientras no sean respondidas esas preguntas, el Gobierno Dominicano, representado por el Ministerio Público y el Poder Judicial, seguirá estando en una grave falta ante su pueblo y ante el mundo.
