EDITORIAL
Ajuste en la economia por gastos en elecciones
El país está por encima de los intereses de los partidos
Los datos sobre el déficit en los primeros tres meses de ejercicio gubernamental hablan de 28,500 millones de pesos, algo nunca antes visto. En ese mismo período, el año pasado, el déficit fue de 4,500 millones de pesos.
El gobierno está gastando mucho dinero en actividades oficiales. El Plan Social de la Presidencia, los Comedores Económicos, las gobernaciones provinciales, los propios senadores y diputados a través de sus oficinas de servicios sociales, están echando las puertas por las ventanas.
Y la explicación es que estamos en elecciones. La abundancia de dinero, sin embargo, tiene un límite. Será hasta el día de las elecciones. A partir de ese momento habrá un ajuste fuerte en la economía, que deberá comenzar por los gastos del gobierno.
En un documento del Fondo Monetario Internacional, de diciembre del 2011, ya se hablaba de las medidas tributarias necesarias para hacer el ajuste con los gastos del gobierno.
El déficit fiscal del año 2011 fue de más de 50 mil millones de pesos. Es decir, el gobierno gastó esa cantidad por encima de los ingresos fiscales. Y en los primeros tres meses de este año, entre enero y marzo, el déficit fiscal sobrepasa los 28 mil millones de pesos. Para el primer semestre ese déficit sería de 48 mil millones de pesos. Algo nunca antes visto en las cuentas nacionales.
Hay que tener la conciencia tranquila para realizar los ajustes y que no perjudiquen a los sectores más pobres y a los generadores de empleos y demás grupos productivos del país. Estamos camino a un ajuste estructurar fuerte, que es lo que pedirá el FMI en caso de que retornase mediante un nuevo acuerdo. A la vista eso será necesario.
Lo lamentable es que el dispendio en esta costosísima campaña electoral lo pagará la población. Hasta el 20 de mayo estaremos en el tiempo de las vacas gordas, y a partir de ese día, pese a las celebraciones, tendremos necesariamente un tiempo de vacas flacas. Sea quien sea el que gane las elecciones.
El país debe estar por encima de los intereses de los partidos.