Es cierto, que nos falta construir la opción política que canalice el descontento; es cierto, que nos falta trabajar de la mano con los sectores populares; es cierto que no tenemos una retaguardia que nos defienda de los palos que más de uno han prometido darnos; pero es más cierto aún que mi generación está cansada de las mentiras, del abuso, de la estafa al erario, de la impunidad y sobre todo del descaro de lxs PLDistas.
Sabemos que es mucho lo que tenemos que construir y que nuestro ritmo es muchísimo más lento de lo que muchos/as quisiéramos; además de que no contamos con un referente local que pueda ser llamado “un buen ejemplo”´.
Pero a pesar de todo, quienes nos han ofrecido los palos no se han dado cuenta que somos la primera generación tecnológica y que eso nos da más de una ventaja.
Estamos en contacto directo y sin intermediaros con el resto del mundo y aunque en primer momento eso no impida que más de uno/a seamos agredidos/a por los paleros, el resto del mundo sabrá de primera mano que el “príncipe” no es lo que aparentaba.
Está demostrado que una imagen vale más que mil palabras, y construir esa imagen de mandatario de primer mundo que dirige una media isla del Caribe y que se preocupa por la paz mundial, le ha costado mucho dinero al pueblo dominicano, dinero que hubiera podido ser utilizado en el verdadero desarrollo de nuestro país.
Eso nos lleva a preguntarnos:
¿Está el presidente del Partido de la Liberación Dominicana, presidente de la Fundación Global Democracia y Desarrollo, y según dicen sus más cercanos/as allegados/as Precandidato Presidencial a la Presidencia de la República por el PLD para el período 2016-2020, dispuesto a sepultarse políticamente por no controlar a sus sabuesos?
Mi generación ha decidido dar el salto; ha decidido no quedarse callada ante tanto atropello e impunidad y ha decidido impulsar las transformaciones necesarias. Cómo lo haremos no está del todo definido, estamos encaminando los primeros pasos.
Nosotros/as, no pretendemos seguir viendo como unos/as cuantos/as continúan viviendo con el erario público y diciéndonos a nosotros/as, lo que podemos y no podemos hacer.
No estamos en los 70´s, el juego cambió, y por ende las reglas también.
(*) Dirigente del movimiento juvenil La Revuelta.
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