César Medina
Especial para Listín Diario
Especial para Listín Diario
Organismos
de seguridad y agencias internacionales investigan el fondo de la denuncia
aparatosa de Quirino Paulino para determinar si forma parte de un plan macabro
que implicaría su eliminación física para salpicar al expresidente Leonel
Fernández y sacarlo de la carrera presidencial.
Lo que se
sospecha es que Quirino se ha prestado a un juego sucio que implica su renuncia
al Programa de Protección de Testigos, de los Estados Unidos, con el fin de
retornar al país por su cuenta y riesgo, escudado en el escándalo contra el
expresidente Fernández para tratar de salirse del punto de mira de la mafia.
Quirino
ha quedado entrampado en su propia red porque al negociar delación por libertad
con la justicia norteamericana violó un código cardinal del narcotráfico internacional:
la Omertá o Ley del Silencio que se paga con la vida al peor estilo de la mafia
siciliana.
Su
denuncia contra Fernández tiene el propósito de evitar que se ejecute una
sentencia inapelable contra los delatores en los bajos fondos del crimen organizado,
partiendo de una pregunta primaria en investigación forense: ¿a quién beneficia
el crimen?
Un plan
bien calculado
Al asociar su destino a la imagen de Leonel Fernández, Quirino y sus mentores
calculan que ese puede ser su mejor seguro de vida. Los expertos en ese tipo de
investigación, sin embargo, consideran que en ese juego Quirino pudiera estar
acelerando un desenlace fatal.
Los
enemigos de Leonel pueden estar pensando en que la muerte de Quirino tendría un
impacto devastador en su imagen, y en ese punto se concentran las pesquisas que
llevan a cabo el Departamento Nacional de Investigaciones (DNI), agentes
locales de la DEA e investigadores policiales al servicio del Ministerio de
Interior y Policía, bajo la orientación directa del ministro Monchy Fadul.
Sería un
escenario parecido al que provocaron los enemigos de la Presidenta de
Argentina, Cristina Fernández, con la muerte del fiscal Alberto Nisman,
encontrado en su apartamento con un tiro en la cabeza en aparente suicidio pero
que algunos sospechan se trata de un crimen que salpica a la jefa del Estado.
El
propósito de Quirino de regresar al país se fundamenta “en los tormentos” que
le provoca el confinamiento y la distancia con sus familiares y amigos, además
de que alega “no se cumplieron cabalmente” los compromisos que asumió la
justicia norteamericana a cambio de su testimonio.
A partir
de esa debilidad es que se sospecha ha comenzado a moverse “la mano peluda” que
dirige la trama contra Fernández, llevándose de encuentro a Quirino para que se
le asocie con el crimen.
Cayeron
“pejes gordos”
Gracias a las revelaciones de Quirino al Departamento de Justicia de los
Estados Unidos, la DEA pudo ejecutar importantes apresamientos de figuras de
alto nivel del narcotráfico internacional, tanto en República Dominicana como
en Colombia y en Haití, una de las rutas que sigue la droga introducida
clandestinamente a Norteamérica.
Incluso,
se dice que sus delaciones condujeron al desmantelamiento de uno de los
cárteles más activos y poderosos de la droga colombiana hasta 2008, conocido
como “El Cártel de El Valle”, cuyos cabecillas fueron arrestados y extraditados
a los Estados Unidos. Esa gente condenó a muerte a “El Don”, como se conoce a
Quirino en ese mundo de la mafia.
La
situación de Quirino se complica aún más porque se tienen informes de que, por
lo menos, cuatro enlaces fundamentales de ese cártel en Haití también fueron
extraditados a los Estados Unidos y un quinto apresado en Madrid hace dos años
y desde entonces se gestiona su deportación.
Gracias a
las delaciones de Quirino, en Haití también se desmanteló otra poderosa red que
se ocupaba del transporte de la droga, lo mismo que en República Dominicana con
Toño Leña, que operaba como enlace en la región Este y fue perseguido hasta la
frontera colombo-venezolana, donde fue arrestado y extraditado a Puerto Rico.
El
servicio prestado por Quirino como informante de la DEA se consideró vital en
esa fase de la lucha contra el narcotráfico internacional, por lo cual fue
excarcelado y protegido por agentes federales hasta que él decidió salirse del
programa de protección de testigos.
Abatido
por tedio y soledad
Quirino renunció por voluntad propia a la protección que le ofreció la justicia
norteamericana después que reveló todo lo que sabía a cambio de salir en
libertad, que le devolvieran parte de sus bienes incautados, que trasladaran su
familia a Estados Unidos y que le garantizaran la vida.
Todo se
cumplió a cabalidad: Quirino dijo lo que dijo que sabía, su familia fue llevada
a Estados Unidos, le devolvieron algunos bienes y sólo pasó nueve años preso
por conspiración para llevar 35 toneladas de cocaína a Estados Unidos, delito
que conlleva prisión de por vida. El problema vino después.
El
Programa de Protección de Testigos que negoció Quirino con los fiscales
neoyorquinos implicaba el cambio de personalidad y su aislamiento permanente,
modificación de la fisonomía-- que se cumplió en parte--, y la eliminación de
todos sus contactos incluyendo familiares cercanos.
La Tecla
recibió informes de que ese plan comenzó a ejecutarse desde mediados del pasado
año cuando una mañana temprano Quirino desapareció de la prisión sin dejar
rastros. Poco después al país llegaron informaciones de que había sido
libertado, pero sin ofrecerse mayores detalles, y en el mes de agosto “una
fuente” desmintió la versión al señalar que el reconocido narcotraficante
seguía recluido en prisión.
Pero
ciertamente se encontraba en libertad y protegido las 24 horas del día por
agentes federales.
Ya en el
mes de octubre Quirino había comunicado a las autoridades que deseaba regresar
al país, y oficialmente se le explicó el procedimiento que debía seguir para
renunciar al programa de protección de testigos. Cumplió el procedimiento y en
noviembre se presentó al consulado dominicano en Nueva York reclamando sus
documentos de identidad: pasaporte y cédula. Se lo negaron.
Esa vez
llegó a la oficina consular dominicana, acompañado de dos agentes de seguridad
del gobierno norteamericano que estuvieron todo el tiempo a su lado y lo
protegían con marcado celo.
Desde
entonces el Consulado está en consulta para expedir los documentos.
LA OMERTÁ
Y LA HISTÓRICA MAFIA SICILIANA
La Omertá o Ley del Silencio es un código de honor de la mafia siciliana más
antigua.
Es un
vocablo de origen español que significa “hombredad” y que empezó a aplicar como
código de honor al silencio en el Sur de Italia hace más de cuatro siglos.
En la
cultura de la mafia, violar la Omertá se paga indefectiblemente con la vida. El
narcotráfico internacional aplica el código del silencio, y por ello la
justicia norteamericana brinda protección y garantías a sus informantes, pero
éstos tienen que acogerse a una regla básica: total anonimato y vida
clandestina. A eso es que se ha negado Quirino. Con ello marca su destino.