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Fidias David Cuevas Fidias David Cuevas Author
Title: La Barquita: Inundación, desempleo y la esperanza puesta en las elecciones
Author: Fidias David Cuevas
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De. Acento.com.do SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Adonis Pérez tiene 17 años y se sienta en uno de los callejones que van al río Ozam...

La Barquita: Inundación, desempleo y la esperanza puesta en las elecciones
De. Acento.com.do
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Adonis Pérez tiene 17 años y se sienta en uno de los callejones que van al río Ozama a vigilar la casa de su madre, quien ayer en la mañana tuvo que salir de su vivienda, a orillas del río, en La Barquita, y refugiarse en la de su madre, en donde reside el joven, porque las torrenciales lluvias que Emily arrastró provocaron la crecida del acuífero.
Mientras, Martha Lebrón, con 53 años y dos nietos, uno de 9 y otro de 7, está sentada en la calle Diagonal II, esperando no sabe qué, porque su única esperanza es que el cauce del río baje, lo que no está muy a la vista, pues apenas la lluvia comienza a percolar.
“Nosotros nos hemos quedao aquí parao, sentao, porque no hay nada donde no vamo a entrar”, responde ella a la pregunta de si no se les ha ofrecido llevarlos a un refugio oficial. Los nietos están semidesnudos y con hambre, no pudieron ni sacar la ropa, además, para qué sacarla si no tienen dónde ir. Cuando pique el hambre, un pan los saciará. “No estamos cocinando, no hay donde cocinar, ahorita compramos un pan”.
Los Comedores Económicos es la única ayuda oficial que ha llegado al lugar, sin embargo, algunos vecinos del sector se quejan de que brindan lo mismo todo el día y todos los días. “Moro en la mañana, moro en el día, y si nos descuidamos: Moro tres veces al día; eso es lo que nos dan ellos”, dijo entre verdad y chanza Papito “Bachata”. Él y unos vecinos juegan dominó en el área del patio en donde el río no ha hecho presencia, allí explicaron a Acento.com.do que además de que las autoridades no los han trasladado a los refugios, si los fueran a buscar estaría el problema de la delincuencia, es decir, los ladrones. “Uffffff, ahí es que está el corredero de la 27”.
Martha Lebrón.
Siguiendo por lo que sirve de calle principal, dos viviendas están amenazadas con ser parcialmente sepultadas por el lodo y restos de una zapata de un terreno más alto.

Justina Vicente, una mujer de 40 años y con 4 hijos, mandó a sus vástagos para donde su hermano este jueves, pero a las 5:00 de la mañana de hoy viernes  hubo un ligero derrumbe que le llenó su hogar de tierra y le rompió varias maderas de su casita, que es propia. Al menos.
Esto no es sorpresa, con este derrumbe ya Justina lleva tres experiencias similares. Lo único que hace es sacar la tierra, limpiar y esperar a que pasen las aguas.
En La Barquita, sino se te mete el agua del río, te cae un alud de tierra arriba ¿quién podrá defenderlos?
Son siete personas en la casa de Justina, de todos, sólo trabaja el esposo, no sabe cuánto devenga, pero dice que es militar. “Los militares ganan poca cosa”, es su respuesta sobre el presupuesto familiar. Tampoco ella ha visto ayuda del Gobierno ni de ninguna institución.
En la casa de al lado, de block y con techo de zinc, están a la expectativa. El padre sacó a su hija y está allí esperando mientras un pedazo de zapata de tres líneas de block amenaza con caerle encima a su vivienda.
Y en un llano cerca del río, extrañamente despoblado, unos jóvenes charlan debajo de una palma de coco, ninguno trabaja, como muchos en el sector. Son jóvenes con edades entre 23 y 25 años que pasan su tiempo viendo a ver qué pican, de fondo, un hombre sentado en una cubeta dentro del río pesca tilapia, y otro coge un chinchorro hecho de saco de polietileno y se lanza también a una cañada “a pescar”. Los chicos que nos explican el contexto lo ven todo normal, los anormales son aquellos que consumen salmón chileno.
"Los que somos desposeídos tenemos que vivir como esa gente quiere que uno viva ¿por qué? porque es abusiva la situación de una canasta familiar que está valorada en 20 mil pesos, pagarle 7 mil pesos a una persona, eso es abusivo”, Rafael Encarnación
Una respuesta política para explicar el desempleo
¿Por qué no están ustedes trabajando? “Porque este Gobierno de ahora tiene esto difícil. Él (Leonel Fernández) dice que fue Hipólito (Mejía) que le dejó todo eso, todos los problemas, y eso es mentira ¿por qué es mentira? Porque cuando Hipólito el gas estaba a 25 pesos y actualmente está a 109 pesos, entonces, cuando Hipólito todos nosotros estábamos trabajando, y ahora ninguno de los amigos míos están trabajando, ninguno. Cuando Hipólito yo vendía CD y no me iba para mi casa sin mis 1,500 o 2,000 pesos, pero ahora este Gobierno de verdad ta dao, de verdad. Lo que estamos esperando es que Hipólito entre, pa que cambie la cosa. Esa es la única esperanza que nosotros tenemos”, explicó un joven de 23 años, que prefirió reservas de su nombre.
Más adelante un hombre sin camisa y sudoroso abre una fundita de agua con sus dientes para refrescarse. Se llama Rafael Encarnación Batista, tiene 48 años y se desempeña como seguridad. Ha terminado de una tediosa faena de recoger sus corotos para que no se les mojen, hasta unas gallinas están amarradas sobre los horcones del techo y posadas en unas maderas que sirven como especie de cielo raso. Él le explica a Acento.com.do que muchos en La Barquita están desempleados, mientras otros trabajan de noche, como él, y en el día duermen, aunque días como estos se mantienen vigilante de que los “trastes” no se le dañen con las aguas.
Cuestionado sobre los niveles de delincuencia, Encarnación Batista, como todo un teórico social, empezó a describir lo que sucede en el sector:
Rafael Encarnación.
“La delincuencia por aquí es tan natural como en todas partes. En mi caso yo vivo por aquí, yo tengo 12 años y gracias a Dios yo no he sufrido ningún tipo de delincuencia, por aquí lo que hacen es la juventud, su droga, mucha droga si se vende por aquí en la orilla del río y en la calle… No “jallan” que hacer, es que hay un abuso tan grande, usted va a una compañía a trabajar como seguridad y hay muchas compañías que todavía pagan 6 y 7 mil pesos mensuales, pero de pasaje solo se van, la gente lo hacemos, porque el que no se dedica a la delincuencia tiene que vivir como al presidente y los “organimos” le den la gana de vivir. Los que somos desposeídos tenemos que vivir como esa gente quiere que uno viva ¿por qué? porque es abusiva la situación de una canasta familiar que está valorada en 20 mil pesos, pagarle 7 mil pesos a una persona, eso es abusivo”.

Una gorra morada con el nombre de Danilo obliga a la pregunta: ¿Por quién usted va a votar? “Bueno, yo he sido peledeísta todo el tiempo porque le agradezco algo al PLD, pero ya yo hubiera querido que Leonel se vaya de ahí para ver si entra otro hombre nuevo por el mismo PLD, pero que entre otro, porque ya Leonel no sirve ahí. Es buena persona, en persona, pero es dejado, para no ofender con los que él negoció para llegar al Poder, que hagan lo que les dé la gana…”
Es hora de partir y el recorrido de salida muestra un billar que se activa a la 1:30 de la tarde con jóvenes que pudieran estar produciendo. El dueño de la vivienda y regente del billar, "Timbre", cobra 5 pesos por una mano, y de noche, un colchón que ahora escurre el agua que lo "entripó", se convierte el capital de una fábrica sexual que le da 30 pesos de renta por pareja.
Y sobre el techo de la cañada una mujer comienza a instalar una lona azul. Allí pretende ubicarse hasta tanto paren las aguas, y quién sabe, si los vecinos se descuidan allí se queda.
Los niños desnudos y semidesnudos juegan en las calles, el pudor no se les enseña a los de sexo masculino. Qué dolor no poderlos vestir, calzar y calmarles el hambre, qué dolor no poderlos llevar a un lugar seguro, seco y cálido, para que duerman y sueñen con un mejor mañana que este presente de pobreza, desempleo y delincuencia que los abraza con la macabra intención de asfixiarlos.

809-454-5500

 
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