Un cazador se iba de casería y su amigo le dice:
Si te encuentras con un león, presígnate, reza, y después te tiras al suelo, y el león no te hará nada.
El hombre va a la selva, y se encuentra con un león, se pone a rezar y se tira al suelo.
El león se pone a rezar y el hombre dice:
¡Un milagro, un milagro!
El león le responde:
¿Cuál milagro? ¡Yo siempre rezo antes de comer.