Comportamiento delictivo y
Cifra oculta de la delincuencia
(Tasa de Victimización en R.
D.)
Por Cándido Mercedes
¿Qué son las
Cifras negras de Victimización o Cifra oculta de la delincuencia y por qué el sub-registro
es tan alto? Son aquellos delitos que no son registrados en las instituciones
oficiales (Procuraduría, Policía, Fuerzas Armadas, Justicia) y que solo salen
en los estudios de percepciones sociales, a través de encuestas de firmas
encuestadoras o de instituciones que tienen observatorio de Seguridad
Ciudadana.
Estas cifras
negras de victimización o cifra oculta de la delincuencia o sub- registro o
cifras subterráneas de delitos están constituida por:
a)
Asaltos
con todas sus tipicidades.
b)
Robo
de vivienda;
c)
Estafa;
d)
Macuteo;
e)
Robo
de motores, pasolas;
f)
Agresión
en riña;
g)
Violencia
Intrafamiliar;
h)
Atracos.
La gente víctima
de los delitos no lo denuncian por diversas causas: miedo a los infractores; lo
ven como pérdida de tiempo; no creen en las autoridades; no conocen a los
delincuentes; desconfianza en la Policía; vergüenza de lo que les pasó; creen que
no van a resolver nada; temen a represalias. La percepción social de la inseguridad es un hecho objetivo, pues
se le pregunta si ha sido víctima de algún delito o conoce un familiar o un
vecino cercano que haya sufrido, vivido ese drama social
El Jefe de la
Policía Manuel Castro Castillo dijo el jueves 30 de Julio “… en lo que va de
año las autoridades han sometido a los tribunales 72,681 infractores de la ley,
entre ellos más de 20,000 por robos y atracos, pero aun la criminalidad se
mantiene como una peste en el país”. La sorpresa del Jefe policial con la Tasa
de Victimización es porque la mayoría de los delitos no son registrados y, en
gran medida, aparentemente no tienen fuerte impacto social. Sin embargo, cuando
auscultamos, cuando profundizamos en la secuela social que los delitos
“menores” generan, nos damos cuenta del drama humano-social que producen en la
salud de los afectados, del miedo, la ansiedad y la angustia que sienten los
que padecen los delitos. De un estrés que termina dañando emocional y
psicológicamente a muchos que lo sufren. Algunos no vuelven a actuar igual socialmente,
pasando a ser una carga para la familia.
Lo que ocurre es
que los que dirigen los aparatos coercitivos del Estado (Justicia, Militares y
Policías) creen que cuando baja la tasa de homicidios mejora el clima de
seguridad, de convivencia y con ello, en el imaginario del dominicano,
disminuye la criminalidad. No necesariamente existe una correlación directa
entre tasa de Homicidios y tasa de Victimización.
Puede ocurrir que
la tasa de homicidios sea muy alta y la tasa de victimización ser bajita,
moderada. Esto se da allí donde el crimen organizado (narcotráfico, drogas,
sicariato, bandas, guerras internas) tengan una fuerte incidencia en la
sociedad; así como la aceleración de los conflictos sociales y el rol de la
Policía como parte de la solución o parte del problema. Aquí, en la sociedad dominicana la tasa de
homicidio como consecuencia de la acción policial es de un 15% con respecto a
la tasa de homicidio total. Esto es, la Policía es responsable de un 15%,
lo que quiere decir que eso constituye una política de Estado de las últimas
administraciones del Poder Ejecutivo (Leonel – Hipólito – Leonel – Leonel –
Danilo).
Puede ocurrir al
mismo tiempo una tasa de victimización muy alta y la tasa de homicidios ser
moderada, como se da relativamente en el cuerpo social dominicano; expresión
viva de la pobreza, exclusión social, de la marginalidad y la desigualdad
social, de la ausencia de movilidad social. A pesar de que somos un país de Renta
Media, las políticas públicas que se generan en nuestro tejido social no
conducen a una mejor distribución de la riqueza, produciéndose mayor inequidad
social y al mismo tiempo, una falta de compromiso de las elites políticas que
hacen aumentar la desigualdad de oportunidades vitales: salud, vivienda, agua
potable, hambre, malnutrición, trabajo infantil, educación.
En nuestro país hay una estrecha relación entre la
delincuencia y la exclusión social. El desempleo alcanza una tasa de 14.2%, sin embargo, en los jóvenes es de
30%. Tenemos más de 600,000 jóvenes que pertenecen a los NI - NI. Cuando
miramos las estadísticas de las personas que apresan y matan, el 80% se
encuentran entre las edades de 19 – 25 años. “La población que está excluida
socialmente no puede alcanzar por medios legítimos la posición económica y la
capacidad de consumo que se fomentan dentro de la sociedad”.
En una sociedad
de consumo, donde no se estimula la ética del trabajo, donde no hay empleo y
los modelados referenciales (políticos) son tan taimados y oscuros, la presión
del cambio por los canales legítimos es superado por la ilegitimidad. Los
valores culturales del trabajo en la sociedad dominicana hace mucho que
entraron en conflicto con la realidad social. El Índice de delitos o tasa de victimización solo es dable disminuirlos
a través de políticas de seguridad ciudadana, tomando en cuenta los
múltiples factores que concurren; donde el soporte mayor no sea la represión
(correctiva), sino una adecuada política de prevención situacional del delito
(ventana rota), que aúne la criminología ambiental con la fase disuasoria de la
pequeña delincuencia que genera conductas nocivas.
La cifra oculta de la delincuencia o cifras negras
de victimización están destruyendo la forma de vida del dominicano y la manera
de interactuación social.
Están deteriorando la confianza, la nobleza que caracteriza al dominicano, la
cohesión social y con ello la calidad de vida.