Por Fidias David Cuevas para elpoderconfidias.com
El huracán Earl golpeaba el lunes el noreste del Caribe, arrancando tejados y cortando la electricidad a los isleños, convirtiéndose en tormenta categoría 4 con una trayectoria que podría amenazar a Estados Unidos.
``Se pronostica un fortalecimiento adicional'', vaticinó el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de EEUU en su boletín de las 8 p.m., en el que confirmó que Earl tenía en ese momento categoría cuatro en la escala Saffir-Simpson (de uno a cinco).
Ya de por sí peligroso con vientos sostenidos cercanos a las 135 millas por hora, se esperaba que Earl se fortaleciera más antes de su posible paso por la costa este de Estados Unidos esta semana.
``Las propiedades entre Carolina del Norte y Maine deben estar alertas por el sistema'' atmosférico, dijo Jessica Schauer, meteoróloga del Centro Nacional de Huracanes en declaraciones que reprodujo la agencia Associated Press.
El ojo del huracán se encontraba a esa hora a 111 millas al noreste de San Juan de Puerto Rico y se desplazaba hacia el oeste-noroeste a 15 millas por hora. Se pronosticó un giro hacia el noroeste el martes y en esta trayectoria el ojo pasaría la noche del lunes lejos de las Islas Vírgenes británicas y de Estados Unidos y el martes al este de Turcos y Caicos.
Ante la cercanía de Earl, los organismos de socorro de República Dominicana emitieron el lunes una alerta para toda la costa este, desde La Romana, en el litoral sur hasta Samaná, en el noreste.
Varios países de la región y territorios reportaron fallas en el sistema eléctrico. Los cruceros fueron desviados de su curso y los vuelos cancelados.
En Puerto Rico, que permanecía bajo un aviso de tormenta tropical, las primeras trombas de agua caídas a causa del huracán Earl provocaron un caos circulatorio en San Juan e inundaciones en varios puntos de la isla.
Mientras, la sexta tormenta tropical de la temporada en el Atlántico, Fiona, se formó el lunes en el este de las Antillas menores, con vientos máximos sostenidos de 40 millas por hora y con una tendencia a fortalecerse en las próximas 48 horas.