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Fidias David Cuevas Fidias David Cuevas Author
Title: DESAFORAR ESTA REMORA
Author: Fidias David Cuevas
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 ELPODERCONFIDIAS.COM Por Cándido Mercedes candidomercedes@hotmail.com “Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que tal está pe...
 ELPODERCONFIDIAS.COM
Por Cándido Mercedes
candidomercedes@hotmail.com

“Nada está perdido si se tiene el valor
de proclamar que tal está perdido y
hay que empezar de nuevo”. Julio Cortázar

¡Rompamos la inercia! El lema de la cuarta Convención de los Empresarios, cuyo diseño estaba concentrado en lo económico, institucional y social. Sus conclusiones, excelentes y significativas, compendian un programa mínimo que deberían de acoger en forma unánime los partidos políticos que concurrirán a las elecciones del 20 de Mayo.


¡Confieso mi enorme alegría! La elite empresarial comienza a romper la inercia, dándose cuenta que la sociedad dominicana no puede seguir así ni en el orden económico ni en el institucional ni en el social. Para ellos, más que una asunción real por este estado de cosas, debería de implicar desde ya, una verdadera llamarada que fomente una consciencia de clase que quebrante e infrinja una saludable estocada a los estorbos, impedimentos y obstáculos que nos permitan tener una sociedad más incluyente, con más empleos formales, con menos pobreza y por más respeto y cumplimiento a las leyes.

Es el reconocimiento de que si seguimos como vamos, la sociedad dominicana no será viable a mediano plazo y para ello, como clase, deberán asimilar que deben de asumir con valentía el cambio del sistema político dominicano, basado en el clientelismo, el rentismo y la corrupción. Deberán de exigir a todos sus miembros la necesaria transparencia, el cumplimiento de las normas que los regulan.

Es la única manera de cerrarle el paso a una clase política que ve la política como negocio; empero, negocios que sustraen del erario público y del torrente de la economía de la sociedad dominicana.

Esa consciencia social del empresariado lo llevará inexorablemente a realizar una alquimia con los sectores más conscientes, para propiciar una sociedad donde impere la ley y las reglas del juego sean las llaves de la institucionalidad.

Para no seguir siendo lo que el candidato Danilo Medina, en pleno Siglo XXI, tuvo que admitir como antesala aberrante y abominable de hacer política. La noticia fue así “Danilo dice eliminará permisos importación. Señaló que a partir del 16 de agosto del año próximo, eliminará los permisos de importación de artículos de origen agropecuario, porque estos sólo han servido para enriquecer a unos pocos, a costa el erario”.

Le toca al empresariado de una manera deliberada y consciente romper con el miedo, desarticular el síndrome de Trujillo y Balaguer, para no seguir anidando que los que dirigen el Poder Ejecutivo puedan hacer lo que quieran con una autonomía que deja perplejo a cualquier ciudadano de una democracia media.

Es por ello que en el Informe de Progreso Educativo “El reto es la calidad”, hemos quedado tan mal. En el logro de aprendizaje la nota es muy deficiente. Permanencia en la escuela, deficiente. Equidad, somos deficientes. Carrera docente, deficiente. Inversión en educación, fuimos catalogados como muy deficientes. Señala que el sistema educativo nuestro sigue reproduciendo la inequidad social y que para salir de la pobreza se requiere 12 años de escolaridad, como tiempo mínimo; sin embargo, el promedio de escolaridad en la sociedad dominicana entre los jóvenes de 15 a 24 años es de apenas 9.7 años.

Nos subraya el magnífico informe que “sólo el 20.7% de los niños de las familias de escasos ingresos fue matriculada en educación media en el 2007, comparado con un 69.6% en las familias más ricas”. Muy, pero muy bajas en ambas categorías sociales.

Un círculo virtuoso se genera en una sociedad cuando el empresariado exige más desarrollo humano, sobre todo, en el área de educación y salud, donde hemos ido perdiendo escalones, posición; esto daña la parte sistémica de la competitividad de un país, que es lo que viene ocurriendo en República Dominicana al pasar de 95 a 110 en el interregno de solo 2 años. ¡Perdimos 15 puntos en materia de competitividad, sencillamente aterrador!

Lo más trascendental es que estamos entre los 35 países con peor clima de negocios, expresión de la percepción de la alta corrupción que impera en nuestro país, donde la clase política ha perdido el más mínimo vestigio de delicadeza. Es notablemente una cruel y vergonzosa corrupción, la cual es vista así por organismos internacionales. El Foro Económico Global en los indicadores de corrupción, nos sitúa así: 142 de 142 en corrupción; 141 de 142 en favoritismo de los funcionarios públicos; 137 de 142 en sobornos.

Si a esta despiadada corrupción le agregamos la ola de violencia, criminalidad, delincuencia y victimización, el panorama para la competitividad y clima de negocios se enrarece, pues los costos se disparan y las inversiones productivas se alejan.

Súmele que somos casi el único país donde prevalece el método de recaudación de los impuestos de lo devengado a lo percibido. Método que descapitaliza al sector empresarial y distorsiona todo el tejido empresarial.

La Constitución de la República en su Sección II de los Derechos Económicos y Sociales, en su Artículo 50 relativo a la Libertad de la empresa, en su Numeral I reza “No se permitirán monopolios, salvo en provecho del Estado. La creación y organización de esos monopolios se hará por Ley. El Estado favorece y vela por la competencia libre y leal y adoptará las medidas que fueren necesarias para evitar los efectos nocivos y restrictivos del monopolio y del abuso de posición dominante, estableciendo por Ley excepciones para los casos de la seguridad nacional”.

En su cuarta Convención el empresariado, en la segunda década del Siglo XXI, tiene que demandar la libre contratación del transporte de carga y de pasajeros; algo que es propio de una sociedad de economía de mercado y que se encuentra taxativamente en varios artículos de la Constitución.

De ahí que el empresariado acertó con su lema “Rompamos la inercia”. Una inercia que se ha venido constituyendo en una pésima modorra tanto para el tejido empresarial como para el tejido de la sociedad, todo lo cual nos permite crecer pero anclados, lo que nos impide un verdadero desarrollo social, dimensiones que nos llevan a desaforar estas rémoras exigiendo nuevas formas de hacer política.

809-454-5500

 
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