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Fidias David Cuevas Fidias David Cuevas Author
Title: LAS ENCUESTAS Y “LA CALIDAD” DE LA PARTIDOCRACIA DOMINICANA
Author: Fidias David Cuevas
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elpoderconfidias.com Por Cándido Mercedes candidomercedes@hotmail.com ¡30 años después!, es el mismo libreto, “nosotros tenemos nuestras e...
elpoderconfidias.com

Por Cándido Mercedes
candidomercedes@hotmail.com

¡30 años después!, es el mismo libreto, “nosotros tenemos nuestras encuestas “. El mismo  cliché “esa  encuesta no  responde  a la realidad”; la misma ofensa a la inteligencia  del dominicano “ganamos  en la primera vuelta, mucho a poco”;  “estamos  subiendo y el otro derrumbándose”. Ese ha sido el signo de la partidocracia dominicana, desconociendo que  es otra sociedad y otras son las oleadas  que  gravitan  en este mundo  globalizado. Estamos en la sociedad  de la  Red, la sociedad  de la información, del conocimiento; donde los ciudadanos  tienen  el  acceso  a la información sin intermediarios, más allá  de los intereses  y  del poder   de los  actores  estratégicos.


La  partidocracia  nuestra,  dado que en nuestro país las encuestas  no  están  reguladas por ley, lo  que  estamos viendo  es un  verdadero  abuso  de las guerras  de las encuestas, del imperialismo  de las encuestas, por parte  de los dos principales  partidos del sistema político. Tratan con  ellos de distorsionar  la  realidad electoral y con ello, el  descreimiento  del  electorado de ese importante instrumento de investigación  social, como lo es LA ENCUESTA, sobre todo, las encuestas  científicas  o probabilísticas.

Los dos partidos  (PLD – PRD), sobre todo, el primero, encargan  encuestas, cual  si fuera a un  sastre, a su medida, como una manera  de influir  sobre los votantes, de una manera grosera, burda y grotesca; y, esto sucede  a  6 meses  de las  elecciones.  Hoy  se sabe, que  este tipo  de  estratagema no incide, ni siquiera entre los propios seguidores  de quienes  mandan  a  realizar  los estudios  de opinión electoral.  Esos execrables  estudios  pagados  que  tratan  de manipular  al electorado, en  estas elecciones no  incidirán  ni siquiera  en los votos  de los indecisos, ni en la intención del voto ni en tratar  de  atraer  los votos blandos  del adversario.

Si triste es el espectáculo de la partidocracia, con las guerras de las encuestas; lo vergonzoso  y penoso  es que empresas dedicadas  al  estudio  de opinión, se presten a  este vil negocio  de querer  engañar  a una sociedad. Entran  en el juego  del todo se  vale; en el juego de que en política no hay ética, donde el maquiavelismo  se constituye  en el modus vivendi y el modus operandi  de una parte  significativa  de la clase política y  del   tejido  empresarial.

La  partidocracia en sus estrategias  de mentiras, manipulaciones, distorsiones, se las llegan a creer tanto, juegan su rol de actores, que en sus histrionismos logran confundirse  ellos mismos y no saben cuando  es la hiperrealidad y  la  realidad misma.  Reciben, entonces, un verdadero shock, cuando una encuesta seria, creíble,  responsable, que no recibe encargo ni hace estudios para partidos políticos  específicos y concretos, le  señala  la  realidad  de la opinión  electoral  de  ese momento.

Como todo proceso de cambio, lo primero  que viene  es la negación; empero, la  partidocracia nuestra lo hace  con una saña, con las más  vehementes  de las intrigas y  las más inverosímiles  perversidades. Esa elite política no entiende  que el mundo ha cambiado, que  cada día más la información  se horizontaliza y  que  aquella  frase  de que la información es poder, como  fruto y  expresión  de ella, se  desparrama  y  descentraliza, aunque  no quieran. Es el signo  de una época  que  trae consigo un nuevo poder  a la ciudadanía.

Si  bien  en un proceso  electoral, la ciudadanía puede ser móvil, cambiante, mutable en la consistencia  de su voto; lo que  se  registra y  advierte  en las encuestas  más creíbles y serias (Gallup/Hoy), es  que la  fortaleza  del voto  es muy duro y que por lo  tanto, esas empresas  venales   y los dos partidos  que hasta ahora  representan  el bipartidismo dominicano, deberían  dejar  atrás  el pago  de encuestas  como mecanismo  de publicidad  política, como propaganda política, pues al  decir verdad, la sociedad dominicana ha cambiado  a  este  respecto. Hay encuestas  que  nadie  que  sea un poco serio  y honesto  le  da  credibilidad, más  allá  de sus intereses partidarios; pues  se puede  ser parcial, pero  una persona  que  se  respete busca siempre la  verdad, la profesionalidad y la objetividad.

Para un  verdadero  demócrata, a una persona que  ame  su país, le duele en el alma, ver este espectáculo  electoral; sin límites, sin  regulaciones, sin  la más mínima  equidad  en la competencia; donde la legitimidad, en su origen, no  existe, por la falta  de una competencia  verdadera, en igualdad  de condiciones. En nuestro país,  solo en el 1962, 1982, 1986, 1996 y en el  2000 ha habido  un poco  de equidad  en la competencia electoral, en  donde el uso y  abuso  de los  recursos  del Estado no  se realizó de manera tan burda y atropellante, como ocurrió  en el 2002, 2004, 2006, 2008, 2010 y viene ocurriendo ahora.

Esta democracia  representativa  requiere  de mayor  eficacia  política y  esto solo  es posible  con una sociedad, que si bien hoy  es más abierta, más plural, más diversificada y compleja, debe de exigirse ella y a la partidocracia más  responsabilidad.

En la mayoría  de los países, las lealtades partidarias se han ido  desvaneciendo; sin  embargo, en nuestro país, acusa todavía  una importancia  capital; sobre todo, en estas elecciones, según las  tres  últimas  encuestas  de Gallup/Hoy, de Abril, Agosto y Noviembre. Esto implica que la partidocracia  de los dos  grandes partidos  lo que tienen  es que  abocarse  a  desarrollar toda una  estrategia  para ver como logran atraer los votos  de los partidos emergentes (en caso de que  estos no  se  unan). Ya la parte  de la población  sin partidos, más  reflexiva y más sistemática,  asumió  su candidato.

Por  eso, la  partidocracia  debe  de dejar  seguir pagando  encuestas  para usarlas como instrumento  de  propaganda política y asumirlas  como fuentes de guías y orientaciones internas  para sus campañas y no para  tratar  de engañar  y manipular  a la opinión pública y  al electorado, con las  respuestas  de la misma  cantaleta  de hace 30 años.

Estando  muy joven me  acuerdo cuando la  derecha  y la izquierda dominicana atacaban al Prof. Juan Bosch. Por  aquel entonces, reflexioné y me di cuenta  de que en ese momento, el maestro  estaba en lugar  correcto. Es lo mismo que sucede  hoy  con la Encuesta  de Gallup/Hoy, al  ver la  cúpula  de los dos partidos  gritar y vociferar y hasta  tratar  de  desconsiderar,  luego, al igual  que  ayer, comprendo y  por las  tres  últimas  encuestas  de Gallup/Hoy, que  ellas  están  retratando  fielmente la  realidad electoral  del momento; de manera muy profesional.

¡Felicidades al Sociólogo Rafael Acevedo, un profesional  serio, honesto, capaz y con fuertes  convicciones!

809-454-5500

 
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