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Author: Fidias David Garcia cuevas
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      Comportam iento político: Actitudes y  valores Por Cándido Mercedes La  frustración  de  una sociedad  se  refleja en una  f...
      Comportamiento político: Actitudes y  valores
Por Cándido Mercedes

La  frustración  de  una sociedad  se  refleja en una  frase  condensada en la más fiel  realidad: “Aquí lo que hay que ser es político y robar mucho”. Sí, una  gente del pueblo se expresaba así el viernes 27 de Marzo al oír el no ha lugar con  respecto al caso  de Félix Bautista. El Señor que así  hablaba sintetizaba el más cruel dictamen producido en materia  de corrupción, el caso más emblemático, el buque insignia, el ejemplo más paradigmático  de la corrupción. Un dictamen  ignominioso para la justicia y una  gangrena desde el punto  de vista social. Una verdadera  sombra de oscuridad  desde la perspectiva política.
Dado que la cultura es  un conjunto  específico de  valores y creencias que orientan el comportamiento,  de lo que  se  trata  es  de cómo cambiar ese comportamiento político, empujando a dichos actores hacia una nueva cultura basada en los valores de la democracia, que  encamine hacia una forma superior de organización humana. Las actitudes  nos dibujan, contoneándonos en que la voluntad,  después  de todo, significa un camino, más allá del optimismo de la inteligencia.
La sociedad  está en crisis. Una crisis  más allá  del empleo, del endeudamiento,  de la electricidad, de la delincuencia, de la violencia, de los feminicidios, del orden, de la disciplina. Es una crisis referencial que apaña en la crisis del comportamiento político por sus actitudes y  sus valores. Una crisis de la elite política que se bosqueja en la hermosa frase de Benjamín Jowett que decía “El estadista ordinario es propenso a fallar en situaciones extraordinarias de crisis”. Es a lo que estamos asistiendo en los últimos 15 años.
¿Por qué los políticos nuestros  se comportan  como lo hacen  desde la esfera ética,  desde la perspectiva de  los valores de la democracia?, ¿qué los hace creer que la participación del comportamiento electoral es el eje central en una sociedad y por qué son tan simbólicos en la visibilidad mediática y tan renuentes a la  rendición de cuentas y el miedo a la transparencia? ¿Qué los hace creer que el poder  es para adueñarse de los bienes públicos?
Las actitudes constituyen orientaciones adquiridas que se expresan de manera dinámica, relativamente estables y penetran y coadyuvan firmemente en el comportamiento político. Se adquieren en un proceso de socialización, en los distintos grupos donde interactuamos. La intensidad de las actitudes viene dada por el paraguas donde se cimentan los logros que las acciones de los entes políticos despliegan para alcanzar un objetivo.
Las actitudes cognitivas, afectivas y las valorativas actúan sincrónicamente en el caso de los actores políticos, para estar permanentemente en el cuadro  de los dilemas éticos. Sus actitudes  están  tan alienadas  que una  verdad  tratan  de convertirla en una mentira y viceversa. Es lo que lo hace decir que son honorables cuando  se  sabe que no  es  así. Es lo que hace que digan que tienen honor y la mirada  se le pierde  al pronunciarla. Y es lo que hace que patinen sin patines para enlodarse en el fango de la historia. Hacen que sus  acciones, con sus  actitudes, mancillen el alma nacional constantemente.
¿Cuál es el contexto institucional y político en el que tiene lugar el comportamiento de los políticos de la sociedad dominicana?
Las instituciones son el conjunto de reglas formales que guían y pautan el comportamiento  de los individuos  de una sociedad para satisfacer sus necesidades materiales y espirituales. Es obvio, que en el juego de la política obren los intereses y motivaciones que encaminen a sus actores. Sin embargo, esos intereses y motivaciones tienen que  respetar, como un axioma, las normas sociales, culturales y políticas. Sus acciones individuales solo tienen sentido cuando  gravitan y encuentran  eco en la cooperación a través de la alineación de la acción colectiva.
El comportamiento político de los actores del sistema, a través de sus actitudes y valores, no coadyuvan a lo esencial de la democracia que es proporcionarle al sistema político legitimidad. La democracia solo puede  desarrollarse a sí misma en el concierto de su propia legitimidad. De lo contrario, ella misma se niega y se vuelve añicos, cual si fuera un esperpento.
Añoso, son pues, los valores en el comportamiento político de los actores dominicanos, al tener una concepción elitista de lo que es la democracia y la participación de los  ciudadanos. Siguen creyendo, en su  grado de exclusión, que debemos expresarnos solo a  través de los partidos políticos y de las elecciones. Lo que  estamos percibiendo es un aumento de la ideología  de  derecha  en la sociedad dominicana y  por lo  tanto, una ola  de conservadurismo y de miedo producido por el comportamiento político actual de hegemonía, de pensamiento único.
La eficacia política, como  valor, no prima en el comportamiento político, en la cultura política nuestra, como  espacio  de identificación,  de  actitudes y  valores. Es lo que hemos visto, como el punto de inflexión de un reflujo que destapa  su cadena  en un rostro amargo, lleno de muecas y de  gestos que comienzan a no decirnos nada
!La sombra de la oscuridad  abre el telón y el mismo se cierra al no encontrar a nadie para conquistar y seducir! Desmitificar, develando  ese comportamiento entre  ser y no ser, entre la apariencia y lo real, entre la  verdad y la conveniencia es el llamado para que no nos condicionen en una sociedad atrapada en el tiempo.


809-454-5500

 
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