Jesús en tres poemas de León Felipe
Tres poemas que hablan de la fe y de Jesús
León Felipe, poeta español del éxodo y del llanto
FE
NADIE FUE AYER
Nadie fue ayer,
ni va hoy,
ni irá mañana
hacia Dios
por este mismo camino
que yo voy.
Para cada hombre guarda
un rayo nuevo de luz el sol...
y un camino virgen
Dios.
ORACIÓN
Señor, yo te amo
porque juegas limpio;
sin trampas —sin milagros—;
porque dejas que salga,
paso a paso,
sin trucos —sin utopías—,
carta a carta,
sin cambios,
tu formidable
solitario.
CÓMO SE HABLA CON DIOS
- Aquí en el cielo no hay retórica, ¿verdad?,
le pregunto a un ángel amigo mío.
Todos los ángeles son amigos míos,
pero a éste no le había visto nunca.
El ya me conocía,
sabía mi nombre y mi mote.
Pero me dijo: No, amigo,
aquí todos hablan con voz natural.
Nadie engola la voz.
Aquí no hay tenores, ni falsete,
ni retórica, ni hipérbaton.
A Quevedo y a Góngora
los hemos mandado al Olimpo.
Sencillez, claridad,
es lo que aquí se estila:
la voz es lo que Dios cuida más.
- Pero, si Dios no habla nunca.
Yo le he llamado muchas veces,
y nunca me contesta.
- Porque no le hablas con la voz que a Él le gusta.
Tú gritas mucho,
y a Dios, como a los mexicanos,
no les gusta que les hablen «golpeando».
Modérate, modérate, amigo,
y habla más bajo.
- Esto me enseña
que debo ir aprendiendo
cómo se habla con Dios.Jesús en tres poemas de León Felipe
Tres poemas que hablan de la fe y de Jesús
León Felipe, poeta español del éxodo y del llanto
FE
NADIE FUE AYER
Nadie fue ayer,
ni va hoy,
ni irá mañana
hacia Dios
por este mismo camino
que yo voy.
Para cada hombre guarda
un rayo nuevo de luz el sol...
y un camino virgen
Dios.
ORACIÓN
Señor, yo te amo
porque juegas limpio;
sin trampas —sin milagros—;
porque dejas que salga,
paso a paso,
sin trucos —sin utopías—,
carta a carta,
sin cambios,
tu formidable
solitario.
CÓMO SE HABLA CON DIOS
- Aquí en el cielo no hay retórica, ¿verdad?,
le pregunto a un ángel amigo mío.
Todos los ángeles son amigos míos,
pero a éste no le había visto nunca.
El ya me conocía,
sabía mi nombre y mi mote.
Pero me dijo: No, amigo,
aquí todos hablan con voz natural.
Nadie engola la voz.
Aquí no hay tenores, ni falsete,
ni retórica, ni hipérbaton.
A Quevedo y a Góngora
los hemos mandado al Olimpo.
Sencillez, claridad,
es lo que aquí se estila:
la voz es lo que Dios cuida más.
- Pero, si Dios no habla nunca.
Yo le he llamado muchas veces,
y nunca me contesta.
- Porque no le hablas con la voz que a Él le gusta.
Tú gritas mucho,
y a Dios, como a los mexicanos,
no les gusta que les hablen «golpeando».
Modérate, modérate, amigo,
y habla más bajo.
- Esto me enseña
que debo ir aprendiendo
cómo se habla con Dios.