De: Acento.com.do
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- En los últimos tres meses el Gobierno dominicano ha anunciado dos medidas económicas de gran impacto mediante las cuales pretende ahorrar, por un lado, y generar ingresos por alrededor de RD$9,500 millones a través del aumento de la presión tributaria, por otro.Primero, el pasado día 17 de marzo, el presidente Leonel Fernández anunció un plan para reducir en un 12% del Presupuesto Nacional el gasto público de este año, con la finalidad de generar recursos para reducir los efectos de las crisis internacional provocada por el aumento de los precios del petróleo y los alimentos sobre la economía local, especialmente sobre la de la población más pobre.
Sin embargo, no habían pasado tres meses cuando, el día 30 de mayo, el primer mandatario sometió al Congreso Nacional una reforma fiscal que tiene los efectos contrarios en términos de la carga que representa para la población dominicana, y que genera dudas sobre el plan de austeridad anunciado en el discurso de marzo por e presidente Fernández.
Las medidas que se aplicarían a través del nuevo paquete fiscal no sólo son impopulares, sino también criticables, dadas las interrogantes que dejan por resolver:
¿A qué se debe esta visible contradicción? ¿Por qué hay que establecer nuevos impuestos para recaudar 9 mil 500 millones de pesos, si se supone que desde marzo está vigente un plan que implicaría la disminución de un 12% del gasto del Gobierno, es decir, de más de 39 mil millones de pesos, si se considera que el gasto presupuestado para este año asciende a unos 326 mil 764 millones?
Muchos de los expertos que han opinado públicamente al respecto coinciden en que el Gobierno, que tiene una urgencia de generar ingresos para reducir el déficit fiscal, optó por sacrificar a la población mediante la generación de nuevos impuestos en lugar de cumplir con el plan de austeridad anunciado en marzo -cuando todavía los funcionarios del sector negaban la posibilidad de una reforma tributaria-, que hubiera generado más de cuatro veces los ingresos que se obtendrían con el paquete fiscal.
La pasada semana, la Asociación de Empresas Industriales de Herrera y Provincia Santo Domingo (AEIH) que el Gobierno pudo obtener más de 70 mil millones de pesos sin necesidad de cargar nuevos impuestos a las empresas y a las personas, con sólo controlar el gasto público, además de la corrupción y la sobrevaluación que en 5 años se llevaron esa cantidad de dinero al Estado.
La AEIH manifestó por vía de su presidente, Wadi Cano Acra, que la opción para el mejoramiento de los ingresos públicos sustentada por los industriales de Herrera siguen siendo la reducción del gasto en nómina y el control de la corrupción administrativa, especialmente el freno al sobrecosto de hasta 40% en compras y contrataciones gubernamentales.
“Si se parte de que en el período 2005-2010 el Gobierno demandó bienes y servicios por RD$ 177, 102 millones, el sobrecosto pudiera alcanzar los RD$70, 840 millones. De haberse producido este ahorro, no estaríamos aplicando medidas fiscales tan agresivas para cubrir los faltantes”, indicó el presidente de la AEIH.
El dirigente empresarial deploró que el medio del debate sobre la nueva reforma tributaria los representantes del Gobierno obvien referirse a la reducción de gastos y al incremento de su calidad.
Un ejercicio revelador
Acento.com.do hizo un ejercicio para intentar dar con las explicaciones. En primer lugar se halló que si se comparan los gastos del mes de marzo (cuando se anuncia el plan de ahorro) con los de abril las estadísticas oficiales arrojan que el gasto corriente aumentó un 19.8% mientras los gastos de capital (inversión directa y transferencia de capital) aumentaron un 50.7%.
Pero no sólo se manifiesta el aumento del gasto de abril con relación al mes anterior. Si se analizan los datos del gasto de los diferente ministerios durante los primeros cuatro meses del año con relación al gasto programado*, encontramos que el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones sobrepasó la ejecución presupuestaria programada en más de dos mil 682 millones de pesos. Esta entidad, que ejecutó una suma superior a los 13 mil 499 millones cuando debió limitarse a 10 mil 817 millones, ha ejecutado el 41.5% de su presupuesto pautado para todo el año en sólo cuatro meses.
También están entre los que gastaron más de su presupuesto programado la Procuraduría General de la República, que se pasó de su ejecución programada con más de 10 millones de pesos; y la Junta Central Electoral, que en el primer cuatrimestre del año superó su gasto planificado con 36 millones 301 mil pesos.
Mientras, los ministerios de Salud y Educación, que en teoría no deben ser impactados por la disposición presidencial, pues fueron de las excepciones a excluir, presentaron una ejecución presupuestaria inferior a la partida programada.
Educación sólo ejecutó 10 mil 30 millones aunque estaba previsto que tendría una ejecución superior a los 13 mil 845 millones de pesos. Esto quiere decir que el sector dejó de ejecutar en este cuatrimestre 3 mil 814 millones del monto presupuestario programado mediante la Ley de Presupuesto.
Algo similar ocurrió con el Ministerio de Salud a pesar de que el país está inmerso en una costosa campaña preventiva por la presencia de la bacteria del cólera. En este caso, la ejecución de los primeros cuatro meses del año ascendió a 11 mil 372 millones cuando debió ejecutar 13 mil 917 millones de pesos, para una diferencia de casi dos mil 545 millones.
Si se le aplica el mismo método al renglón de las obligaciones del tesoro nacional, en donde se incuyen en gran medida los subsidios, resultará que se ha tragado 12 mil 191 millones de pesos, esto es cerca de tres mil millones de pesos más de lo presupuestado para este primer cuatrimestre del año, que eran unos 9 mil 222 millones.
En otras palabras, las estadísticas arrojan que en la ejecución presupuestaria no existen las mismas prioridades que en el discurso presidencial.
Para contrarrestar esta tesis podría argumentarse que los datos del primer cuatrimestre arrojan una reducción de 0.6% del gasto total con relación al mismo periodo de 2010. Sin embargo, esta comparación no es justa ni lógica si se considera que se trata de presupuestos con montos diferentes y que en 2010 hubo una ola de expansión del gasto generada por la necesidad de rescatar la economía de la recesión en que había caído en 2009.
En este mismo orden, otro elemento que habría influido mucho es la caída de los ingresos fiscales, que en el primer cuatrimestre de este año se redujo en un 6.6% con relación a las recaudaciones esperadas: el Gobierno recaudó 63 mil 281 millones de pesos, lo que refleja una reducción de cuatro mil 463 millones con relación al monto estimado, que ascendía a más de 67 mil 745 millones, según las estadísticas del Ministerio de Hacienda.
El economista Nelson Suárez explica que tanto esto como la falta de transparencia del Gobierno al momento de publicar sus estadísticas hacen que incluso para los técnicos del área económica sea muy difícil determinar en qué medida la reducción del gasto total del primer trimestre se debió a la aplicación del plan de austeridad o a la consecuencia lógica de la reducción de los ingresos mediante recaudaciones.
Sin embargo, dadas las estadísticas del incremento del gasto en abril y el comportamiento mostrado por la administración Fernández, de no ajustarse a sus propios planes de austeridad, es muy elevada la probabilidad de que los recortes estén más determinados por la falta de recursos que por medidas de ahorro.
*En este caso se determinó el gasto programado dividiendo en tres (para trabajar con cuatrimestres) el monto total del presupuesto programado para todo el año. Dado que el Gobierno no publica la programación trimestral ni mensual del presupuesto, este es un método con el que se puede estimar la diferencia entre la ejecución real y el presupuesto programado. Se trata de una técnica que, de manera informal, los analistas denominan técnica de la doceava. Este método tiene la desventaja de que no contempla las variaciones como consecuencia de las estacionalidades ni de la calendarización del gasto. Sin embargo ofrece una idea clara del comportamiento del gasto público en relación con el presupuesto nacional.